Quiéreme


-Está lloviendo.
-Gracias por afirmar lo evidente.-Ella tiró con furia las llaves sobre la mesa y se fue dando un portazo.


La capucha colgaba por su espalda, pero ella prefería sentir las gotas chocando con su piel, la hacían sentirse viva. Esos pequeños escalofríos que noches antes los producía el placer con otro cuerpo humano, ahora eran unas gotitas de agua fría que contrastaban con el calor que emanaba su cuerpo.

Los fantasmas del pasado la estaban torturando, llevaba tatuado cada Te Quiero en su piel, cada caricia, cada mirada, cada sonrisa. Cada recuerdo la dolía tanto que no se dio cuenta de que le sangraban los labios de morderlos con tanta presión. 


La lluvia se agolpaba en pequeñas zonas hundidas de la acera y vibraban con cada pequeña gotita que se estrellaba contra el suelo. Ella miró ese charco y vio su imagen distorsionada. Así que saltó encima con todas sus fuerzas y el agua salió despedida hacia el cielo, hacia esas estrellas que alumbran tierras extrañas. 
Parecía que el tiempo se había detenido mientras que esas pequeñas gotas flotaban en el aire, como una cascada invertida. 


Madrid es tan bonito de noche, pensó. No recordaba como había llegado a Gran Vía, iba tan abstraída en sus pensamientos que la noción del tiempo había desaparecido. Pero allí estaba, mojada desde la cabeza hasta los pies, mirando los adoquines mientras la gente iba y venía. Parecía un personaje sacado de otro tiempo y puesto allí por error. 


Miles de palabras llegaron desordenadas a su mente, cientos de preguntas sin respuestas, decenas de minutos perdidos pensando en el por qué, pero solo una conclusión se asomó a su mente, ¿Para qué seguir jugando, si ya no tenía fuerzas para aguantar?

Pero a cada paso que daba, creyendo que ya lo había olvidado, bastaba con una mirada para derrumbar los cimientos de fortaleza que había creado. Y miles de recuerdos volvían a ser protagonistas de la historia del presente. Un ciclo vicioso en el que el pasado se convierte en presente y el presente en pasado. Continuamente. Cíclicamente. 

-Mira esto.-Dijo él, sonriendo.
-¿Qué es?-Ella lo miraba intrigada mientas él se ponía cómodo.
-He dibujado las ondas de tu voz, porque así sé cómo se dibujan los Te Quiero que salen de tus labios.-
Otra historia bonita con un final feliz que solo duraba instantes en su día a día. Y de esas tenía unas cuantas que intentaba borrar con tiempo. 

Cada vez que un recuerdo se apoderaba de su mente, su corazón se rompía en mil trozos. Cada vez los fragmentos eran más frágiles y diminutos. Pero se seguían clavando como puñales.

Si hubiese un botón de borrón y cuenta nueva, no lo habría dudado ni un segundo. Hubiera preferido no tener una colección de recuerdos buenos que han sido eclipsados por tantas peleas que son mejor siendo olvidadas. 

Vivía en una guerra constante de miradas que reprochaban algo que no sabía, que reclamaban algo que no entendía, y que anhelaban algo que ella desconocía. 
Vivía en una relación tóxica que cada vez se retroalimentaba con más intensidad. 


 









Comentarios

  1. ¿Crees que la condición infinita del universo es lo que hace que entre en bucle en algún momento y que cada uno de esos bucles es lo que conocemos como universos paralelos?

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    1. Realmente nunca había pensado de esa manera.... Siempre habrá teorías hasta que se descubra como se comporta el universo

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