VIVIMOS COMO SOÑAMOS


-solos-

Qué invento eso del L'amour,
y que cruel son las espectativas adheridas a él,
miles de rosas rojas arrancadas de cuajo por nuestra insensatez,
miles de poemas endemoniados por una reacción química,
miles de lágrimas enfurecidas al darnos cuenta de la realidad,
miles de corazones destrozados y rotos,
pero que siguen latiendo,
porque el sentido metafórico no es dueño del mundo real.



Qué cóctel de neurotrasmisores habéis tenido que inventar,
una mezcla odiosa de dopamina y serotonina,
culpables de barbaridades,
causantes de alegres comienzos, pero de fatales finales.


Qué desalmado el creador de Cupido,
un pobre angelito a quien dotaron sin puntería,
y cargado con unas flechas que provocan mariposas en el estómago,
que hacen desaprovechar un tiempo valioso,
que hacen creer una pseudofelicidad ficticia.
Pobre Cupido,
siempre buen intencionado, pero siempre haciéndolo mal.


Qué inhumanos fueron los Dioses,
haciéndonos creer que tenemos que buscar nuestra otra mitad,
provocándonos la mayor ingenuidad,
haciéndonos sentir extraños por dentro.


Qué fácil os resulta soltar un "Te Quiero" sin afrontar las consecuencias,
sin entender el verdadero significado de unas miseras palabras,
pero que despiertan instintos ocultos.


Qué sencillo os resultar hacernos sentir especiales,
que bien se os da hacer el papel de príncipe,
pero el problema es que no esperamos ser rescatadas.


Qué ingratos sois cuando se os olvida hacer memoria de
la multitud de protagonistas que elegís para interpretar el mismo papel,
como si tuviésemos que pelear por vosotros para conseguirlo.
Las cientos de páginas desperdiciadas que usáis para poner el puto punto final,
y los millones de palabras gastadas que empleáis para encontar las excusas perfectas.


Qué bobas somos cuando no queremos afrontar la realidad,
cuando en vez de sal usamos azúcar para enmascarar el dolor,
cuando nos recosemos el corazón y se lo volvemos a regalar al primer idiota.


Qué inocentes somos cuando corremos tras las palabras porque se las lleva el viento,
cuando pensamos en que vais a cambiar,
pero sabemos que eso no es verdad,
también sabemos lo tranquila que se encuentra la Luna,
porque sabe que nunca la bajaréis del firmamento,
ni por nosotras, ni por vosotros mismos.


No nos mintamos más,
el amor no existe, es el miedo,
miedo a estar solitos y desamparados lo que nos hace buscar consuelo en otra persona,
Pero a mí no me asusta la soledad.



















Comentarios

Entradas populares